Néstor-Cristina-Sergio

Iván Carrino / Domingo 8 de junio de 2014 / Dejá un Comentario

El número de Marzo-Abril de 2014 de la Revista Crisis tiene una entrevista a uno de los economistas estrella del candidato a presidente Sergio Massa.

Uno podría pensar que, una vez retirado el Kirchnerismo en 2015, lo que venga necesariamente va a ser más moderado, más pro-mercado, más predecible, etc. Sin embargo, cuesta encontrar diferencias sustanciales entre el discurso kirchnerista, sus políticas económicas, y las ideas de Peirano. Analicemos sus respuestas.

Los maléficos años noventa:

Creo que la inflación siempre fue un problema para la sociedad. Ahora, como afortunadamente existe un recuerdo muy claro de los noventa – con niveles de desempleo extremos, sectores al borde de la desaparición en términos económicos, crisis social y un Estado que dejaba totalmente al margen del resguardo a los sectores marginados – ya no se cree en recetas mágicas.

Bien, los noventa estuvieron llenos de errores, pero si hay algo que se tiene que destacar es que se erradicó la inflación en un país que, desde que creó su Banco Central, tuvo una inflación anual equivalente de 55% anual. Por otro lado, es erróneo asociar inflación baja a “niveles de desempleo extremos” y “sectores al borde de la desaparición”. ¿Cómo se explica, entonces, que haya países que tengan bajo desempleo, altísima calidad de vida en términos de PBI per capita, y baja inflación?

La inflación:

Entender que la inflación no es un problema monetarista o vinculado simplemente a desequilibrios macroeconómicos, que hay razones sectoriales, de sectores concentrados en la formación de precios, que hay situaciones internacionales, que hay problemas en las cadenas de comercialización…

Este es el tipo de pensamiento que lleva a programas como los congelamientos de precios o “Precios Cuidados”. Incluso me cuesta distinguir este argumento del del empresario cárnico Samid o del del Secretario de Comercio, Augusto Costa.

La ortodoxia y las visiones monetaristas plantean reduccionismos que pueden ser consecuencias de principios simplistas, equivocados, o en muchos casos defensa de intereses económicos concretos. Estas teorías ya las vemos en Europa: la estabilidad financiera y el “control de la inflación” que han generado es a costa de una situación social de absoluto deterioro.

Una vez más el falso dilema entre inflación baja o mala situación social. Por otro lado, vale destacar que la alternativa al “control monetarista de la inflación” la tenemos en Venezuela, donde el gobierno decide que la gente puede asaltar una tienda y llevarse los productos a mitad de precio. ¿No hay deterioro social ahí?

El desendeudamiento que ahora se terminó:

El desendeudamiento es una verdad muy positiva (…) Es un valor político y conceptual, la autonomía frente a organismos internacionales, a los acreedores o a sectores de presión que tradicionalmente en la historia económica argentina condicionan aprobaciones de créditos y ciertas medidas. Pero en este escenario transitorio de restricciones externas, de limitaciones y pérdida de reservas, de la necesidad de evitar ajustes que recaigan sobre sectores que no tienen margen para soportarlo, es necesario analizar un endeudamiento transitorio…

Coincido en que es bueno desendeudarse pero por diferentes motivos. No hay que hacerlo porque haya “condicionamientos”, sino porque, en algún momento, la deuda debe pagarse, y eso se hace a costa del trabajo de los contribuyentes argentinos del futuro que deben financiar las aventuras de gasto de gobiernos pasados que ni siquiera votaron.

Por otro lado, nótese que cualquier miembro del oficialismo justificaría igual que Peirano la posición sobre el desendeudamiento (y el fin del mismo, concretado con el arreglo con el Club de París).

Conclusión:

Si Peirano realmente piensa llevar su pensamiento a la práctica en un eventual futuro como ministro de economía, es poco lo que podemos esperar. Si con cerca de 40% de inflación anual no está dispuesto a darle crédito a la versión “monetarista” de la inflación y si se cree que reducirla significa sacrificar la actividad o el empleo, ¿cómo es posible que pueda reducirla? ¿Más precios cuidados? ¿Más acuerdos sectoriales y regulaciones?

Es muy similar el pensamiento del economista de Massa y de los economistas que defienden las políticas del gobierno que nos llevaron a esta poco comprendida situación de alta inflación y estancamiento económico.

Los que quieran que las políticas del gobierno continúen, entonces no lo duden: voten a Sergio Massa y exijan que Peirano vaya al Ministerio de Economía. Los que no, vamos buscando otros candidatos.

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PD: Con una escritura un poco más difícil, desde la izquierda, en este link, también notan lo que comento en este post.

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