“La inflación la genera el supermercado. Compre en el Mercado Central que es barato”

Iván Carrino / Domingo 25 de mayo de 2014 / Dejá un Comentario

A menudo se escucha este extraño argumento de parte de funcionarios o cuasifuncionarios afines al gobierno.

La idea es que la inflación la causan los empresarios del supermercado que obtienen márgenes del no-sé-cuánto-% sobre lo que pagan por los productos en el Mercado Central.

El problema de este argumento es que confunde conceptos básicos como inflación (aumento generalizado de precios a través del tiempo), márgenes brutos de ganancia y dispersión de precios (el precio de “A” es diferente en el barrio “B” y en el barrio “C”).

No obstante, cabe preguntarse si esta dispersión responde, o no, a la maldad empresaria. Gary Becker explica el fenómeno, que no es exclusivamente argentino, sino universal:

¿Cómo es posible [que haya diferencias de precios], si los consumidores prefieren comprar a los precios más baratos?

Una explicación podría ser que los consumidores realmente no son racionales y que no siempre prefieren más bienes a menos; pero un enfoque más atractivo para analizar el fenómeno sería el de descartar la suposición implícita de que el costo de la información es nulo. De hecho, la información es uno de los “bienes” más escasos y de más valor en las sociedades modernas. Aunque casi siempre se pueden encontrar precios más bajos después de una “búsqueda”, de hecho ese proceso requiere de tiempo y por lo tanto es costoso. Por ejemplo, un ama de casa podría esperar comprar a mejores precios si acudiera a cien tiendas que si solo visitara unas cuantas; pero hay un punto donde el beneficio adicional de una visita a una tienda más será muy pequeño para que valga el costo en el tiempo y otros recursos (…)

Formalizando, se puede decir que vale la pena gastar una hora adicional en búsqueda cuando el beneficio excede el costo, el costo es el ingreso no percibido por el investigador durante esa hora, y el beneficio es la reducción del precio*.

Análogamente, por supuesto que se pueden conseguir precios más bajos en el Mercado Central, pero hay costos asociados (tiempo de transporte, tiempo de adquirir información, nafta, costo del traslado, costo de mantener stock si se debe comprar al por mayor, etc) que hace que lo que se podría ganar por la reducción del precio se pierda por otro lado.

De esta forma, el margen de ganancia de no-sé-cuánto-% que mencionábamos más arriba, no es más que lo que el mercado (los consumidores de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo) está dispuesto a pagarle a aquel que haga el sacrificio de ir al Mercado Central y traer los productos a puestos más cercanos, evitándonos incurrir en el costo de viajar ida y vuelta para conseguir mejores  precios (no tan mejores ahora que consideramos los costos asociados a la búsqueda).

Gary-Becker

*Gary Becker, Teoría de los Precios, p. 90-91.

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