¿Se contradice Milei al no eliminar el cepo al dólar?

Iván Carrino / Martes 20 de agosto de 2024 / Dejá un Comentario

El mantenimiento del cepo cambiario es tal vez la medida de política económica que más rechazo genera entre una gran cantidad de economistas pero, especialmente, entre economistas que, como Milei, se consideran a sí mismos liberales.

¿Se contradice Milei al definirse como liberal libertario y manter el cepo cambiario?

Lo analizamos, a continuación.

Desde noviembre de 2019 que en argentina existe un sistema de control de cambios popularmente llamado “cepo”. ¿Qué quiere decir esto? Que existe un precio para el dólar definido arbitrariamente por el gobierno y que, como ese precio está por debajo de su nivel de mercado (lo que queda evidenciado por la brecha cambiaria), el gobierno debe imponer restricciones a su acceso. Esas restricciones dan origen al nombre popular de “cepo”.

Tras el cambio de gobierno muchos se esperanzaron con que esta medida se eliminaría rápidamente. Mucho más grande era la expectativa dado que el elegido presidente era Milei, quien se define como el presidente más libertario de la historia mundial.

En este contexto, ¿cómo es compatible mantener las restricciones de acceso al dólar con ser el presidente más liberal del planeta?

Este razonamiento expone una contradicción clara entre la política económica del gobierno y la filosofía libertaria del presidente.

Ahora ocurre lo siguiente. Que, si bien uno podría confirmar que existe una contradicción entre los actos del gobierno de Milei y la filosofía libertaria de Milei, no podría decir lo mismo de Milei en cuanto a analista económico. Es que, en rigor de verdad, Milei siempre sostuvo que –existiendo el cepo- éste no debía eliminarse de un día para el otro.

Y es esto lo que me interesa destacar y compartir el día de hoy.

¿Por qué digo “siempre”? Porque en el primer libro que Milei publicó, coescrito junto con Diego Giacomini y Federico Ferrelli Mazza, Política Económica Contrarreloj, le dedicaron varias páginas a analizar la problemática del cepo cambiario que, en el año 2014, ya tenía casi tres años de vigencia, durante el segundo mandato de Cristina Fernández como presidente.

En esas páginas, si bien Milei y sus coautores reconocían los problemas que traía el control de cambios, se mostraban a favor de mantenerlo hasta poder acomodar otros problemas de fondo.

Analicemos algunos fragmentos.

En el Capítulo VI aparece una sección llamada “Desarmando el cepo”. Allí los autores se refieren por primera vez, y de forma muy directa, a qué hacer con el cepo vigente:

“… bajo las actuales condiciones fiscales y monetarias que enfrenta la economía argentina, una devaluación “instantánea” del tipo de cambio no es parte de una solución, sino de un agravamiento de los problemas.

(…) La dinámica del tipo de cambio muestra que una devaluación se trasladaría a precios en un breve período de tiempo, agravando los problemas inflacionarios y todas sus consecuencias nocivas como las expectativas de inflación y su impacto en el mercado paralelo cambiario”

Como podemos observar, con argumentos muy parecidos a los actuales, Milei, Giacomini y Ferrelli Mazza sostenían que una devaluación no era recomendable porque, bajo las circunstancias del momento, ésta se trasladaría a precios. El tema de las circunstancias del momento no es menor, ya que hay que evaluar si dichas circunstancias (FISCALES Y MONETARIAS) son similares a las actuales.

Más adelante en la obra, sostienen:

“En este contexto, aumentar el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial sin implementar un programa integral solo va a terminar sirviendo para subirle el “piso” al dólar paralelo en el mediano plazo (…) de mantenerse las actuales políticas fiscales, monetarias y cambiarias, el dólar paralelo se ubicaría en torno a 22 y 24 pesos por dólar a finales de 2014”

A fines del año 2014 el tipo de cambio paralelo cerró en un promedio de $ 13 por dólar, mientras que el tipo de cambio oficial promedió los $ 8,5. Pero más allá de estos números, los autores estaban evidentemente preocupados por lo que una devaluación pudiera generar EN EL MERCADO PARALELO DEL DÓLAR, algo que también podría traerse a la situación actual, donde muchos creen que si el cepo se abandona el dólar paralelo se va a disparar.

En otra sección, titulada Acumulación de Saldos Monetarios aparecía otro argumento que puede asimilarse a los esbozados actualmente sobre las Leliq, los Pases del Banco Central o del sobrante de pesos en general.

Allí Milei decía:

“… la cantidad deseada [de dinero] se ubicaría en torno al 10,4% del PBI. Así, el exceso de oferta de dinero en la economía ascendería al 5,1% del PIB. Esto es, sobran $ 150.000 M, lo cual refiere a un escenario de Money Overhang”.

Y alertaban:

“… el BCRA cuenta con USD 8MM de reservas para hacer frente a los $ 150 MM estimados de money overhang, es decir que de liberar el cepo en medio del acomodamiento de las tenencias observadas de saldos monetarios el tipo de cambio de que limpiaría el desequilibrio ascendería a $ 18,75 por dólar, esto es una devaluación del alrededor de 170% contra la cotización oficial”

Finalmente, lo que ocurrió fue que el cepo fue eliminado de un día para el otro, en diciembre de 2015, y el dólar no se fue a 18,75$ por dólar, sino que pasó de $ 9,8 a $14,0, ocurriendo una devaluación del 42,5% de la cotización oficial.

Pero, de nuevo, al margen de cómo las cosas ocurrieron, es evidente que Milei y sus colegas estaban preocupados por las consecuencias que una devaluación o una salida apresurada del cepo cambiario, pudieran tener sobre la tasa de inflación, las expectativas, y el precio del dólar en el mercado paralelo, o bien en un mercado unificado.

Es por todo esto que en la sección de REFLEXIONES FINALES sostenían:

En cuanto al plano cambiario el accionar estaría dado por:

1) Mantener el CEPO cambiario hasta que se limpie el exceso de oferta monetaria (money overhang equivalente al 5% del PIB) y recomponer la confianza.

2) Continuar devaluando para cerrar la brecha sin liberar el tipo de cambio ya que el gap monetario generaría un efecto tipo Rodrigazo.

3) Una vez despejado el money overhang y realizado el ajuste fiscal, levantar el CEPO y liberar el tipo de cambio.

Viéndolo desde la perspectiva actual, el ahora presidente Milei en reiteradas oportunidades se refirió a lo que entonces llamaba “money overhang”. Es decir, la existencia de una cantidad excesiva de pesos (materializada en la cantidad de Leliq, luego en la cantidad de Pases del Banco Central, luego en la cantidad de Puts) que hace que salir del cepo implique un riesgo grande de que ocurra una corrida cambiaria.

Así que, al margen de que uno pueda estar de acuerdo, o no, con la visión de Milei, es justo decir que él ha sido consistente con su punto desde que comenzó a escribir artículos y publicaciones de carácter público.

Para cerrar: ¿nos da esto un indicio de cuánto podríamos salir del cepo, en el contexto actual? Yo diría que sí: cuando haya desaparecido el “money overhang”. Lo que no me queda claro es qué indicador hay que mirar exactamente para saber cuándo esto ha ocurrido. ¿Y ustedes? Alguna idea? Si la tiene, o si les quedó alguna duda, no dejen de escribirla acá abajo en la sección de cometarios. Y si te gustó este video, no te olvides de darle me gusta, suscribirte a mi canal y compartirlo en tus redes sociales.

Gracias, y nos vemos en la próxima.

 

 

 

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