Mercados Peronistas
Si en lugar de hacernos cargo de los problemas, apelamos a teorías disparatadas, va a ser difícil salir de la crisis.
En momentos de crisis, prolifera el nerviosismo y la ansiedad. Además, también surgen todo tipo de teorías sobre las causas que la generaron y las consecuencias posibles.
Entre esas explicaciones y en el caso particular de Argentina, están las que ven el origen del problema como un fenómeno puramente local, las que ven al origen como uno puramente internacional, las que observan la cuestión como una combinación de ambas… Y así sucesivamente.
Ahora bien, también tenemos las teorías conspirativas. Estas teorías creen que los problemas que enfrentamos hoy en la economía responden a una oscura confluencia de intereses.
En esa línea está el reconocido periodista Jorge Fernández Díaz, quien recientemente publicó una editorial donde acusa de la crisis a la alianza entre los mercados financieros y, créase o no, el peronismo.
En su última columna de Radio Mitre, el editorialista sostuvo que:
El peronismo que dejó el incendio se regocija por el sufrimiento del bombero y se propone para apagar él mismo las llamas que encendió. No le importa la Patria, le importa el poder. El queso. Como siempre.
Y tiene un aliado invariable: el mercado, que le impone sus condiciones al Gobierno, lo lima, lo desgasta, y lo debilita para que luego el peronismo venga y se lo coma crudo de un bocado.
Peronismo y mercado, que tan opuestos aparecen por momentos, han trabajado juntos, han sido funcionales durante estas décadas de decadencia: ambos son culpables de la pobreza y la postración argentina.
Peronismo y mercado, compañeros. Hay empresarios y banqueros con una falta de patriotismo que hiela la sangre.”
Estos párrafos son tan poéticos como alejados de la realidad.
Es que si miramos la historia de “los mercados” en la Argentina reciente, vemos que los hechos no tienen nada que ver con lo que se está planteando.
En el gráfico de aquí arriba puede verse al principal indicador de la bolsa de Buenos Aires expresado en moneda dura. Es decir, en dólares.
Como se observa, la bolsa ha tenido una estrepitosa caída de más de 40% desde su máximo alcanzado en enero.
Al ver esto, el observador inexperto claramente podría ver allí a un “mercado llamando al peronismo”.
El mercado desconfía de Macri, se podrá decir… entonces baja, baja y baja, generando pánico y nerviosismo y debilitando al gobierno, para que éste finalmente dé un paso al costado y deje “la mesa quede servida” para el próximo líder populista…
Ahora bien, ¿no se ve la película completa?
¿Qué querían “los mercados”, cuando, unos segundos nomás antes, treparon 119% en dólares desde que Macri asumió el gobierno? ¿Estaban llamando al peronismo, o en realidad estaban aplaudiendo de pie y apostando por la continuidad de Cambiemos?
Más atrás en el tiempo, enero de 2011 había marcado un máximo histórico del índice Merval en dólares. Sin embargo, menos de dos años después (tras las elecciones que confirmaron la continuidad de CFK como presidente y el cepo cambiario) éste índice se había desplomado un 60%
¿Qué gritaba el mercado en ese entonces? ¿”Viva el peronismo”?
Como se ve, la teoría de la alianza entre los mercados y el peronismo no resiste el menor análisis.
Carnicerías Neoliberales
En el dislate antimercado que es la nota a la que nos estamos refiriendo, el autor propone que frente a la pesada herencia dejada por el gobierno anterior, había solo tres salidas posibles:
—- O seguir rumbo a Venezuela,
—- O hacer un programa gradualista y rogar al cielo financiero (curiosamente, el mismo que Fernández Díaz desprecia) que acompañara el cambio,
—- O poner en práctica una “carnicería de gran dolor, después de la cual supuestamente saldríamos adelante. Los pocos que quedaran vivos, por supuesto”.
Esta última receta es la de los “neoliberales ortodoxos”.
Ahora bien, ¿de qué carnicería hablamos? En Chile, que es lo más cercano al “neoliberalismo ortodoxo” que tenemos en la región, el Riesgo País cayó 3 puntos el mes pasado, mientras que en Argentina trepó 73. Además, se espera que el vecino país crezca 3,8% este año, mientras que Argentina coquetea con la recesión.
A la luz de los datos, tener cuentas públicas ordenadas y un gasto público de casi la mitad no genera ninguna carnicería, sino todo lo contrario.
Obviamente que las transiciones desde un modelo a otro son lo más complicado de hacer, pero el modelo gradualista de Cambiemos no hizo agua porque “los mercados se le pusieran en contra”, sino porque cuando no solo los mercados, sino también la ciudadanía dos veces en las urnas, los apoyó de manera contundente, no cumplieron las expectativas de cambio que tanto habían generado.
Un mundo diferente
Yo no niego ni minimizo el cambio en las condiciones internacionales ni el impacto en la sequía sobre el desarrollo normal de nuestra economía. Pero ser uno de los más golpeados de la tormenta internacional habla más de nosotros que de ella.
Además, no podemos seguir siempre echándole la culpa a la suerte, al contexto externo, o al siempre latente fantasma del peronismo.
Por una vez habrá que hacerse cargo y, en lugar de protestar, escuchar el mensaje y corregir. A pesar de todo, el gobierno todavía está a tiempo.
Comentarios
Esgardo
Jueves 5 de julio de 2018 a las 7:49 pmChocaron la valedora y ahora le piden a sus periodistas amigos que agarren la guitarra!