¿Habrá más inflación cuando se elimine el cepo cambiario?

Iván Carrino / Jueves 19 de noviembre de 2015 / 2 Comentarios

El control de cambios que impuso el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a fines de octubre de 2011 ha demostrado ser una medida destructiva para la economía nacional. Entre otras cosas, generó una fuerte caída de las reservas internacionales, creó el dólar paralelo y la brecha cambiaria, y es el responsable del desplome del comercio internacional.

 En este marco, casi no quedan dudas acerca de la necesidad de eliminar el cepo y liberar el tipo de cambio. Sin embargo, muchos se preocupan por las consecuencias que dicha medida podría tener.

Numerosos economistas y analistas especializados entienden que la liberación del tipo de cambio, que hará que el dólar oficial suba hasta el valor del dólar “blue” (o que ambos encuentren un valor intermedio), tendrá un impacto inflacionario indeseable.

El argumento es el siguiente: dado que los productos importados pueden comprarse al tipo de cambio oficial, una suba del mismo hará que estos productos se encarezcan. Por otro lado, los productos que pueden exportarse, hoy lo hacen a $ 9,5, mientras que si pudieran exportarse a $ 15, entonces sus precios en Argentina también aumentarían hasta ese nivel.

Este punto de vista suena razonable, pero antes de profundizar en él prestemos atención a los siguientes números:

—-> En la zona euro, el dólar trepó desde diciembre de 2014 a octubre de 2015 un 9,8%. Sin embargo, en el mismo lapso el nivel de precios avanzó solamente un 0,4%.

—-> En Chile, el dólar subió 11,8% desde diciembre de 2014 a octubre de 2015. Pero los precios solo treparon 4,8%, menos que el mismo período del año anterior, cuando la devaluación había sido menor.

—-> En Brasil, la suba del dólar fue de 46,7% en el período analizado. Los precios, por su parte, treparon 8,5%, acelerándose respecto del mismo período del año anterior.

Lo que muestran estos datos es que la relación “devaluación-entonces-inflación” no es tan directa.

Otra cosa importante a mencionar es que la inflación depende de la política monetaria. El aumento del nivel de precios es la contracara de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda, y la única responsable de esta pérdida es la emisión monetaria del Banco Central, especialmente cuando se emite en exceso de lo que se demanda. De hecho, es esa emisión monetaria la que hace que suba el dólar, de la misma forma en que hace subir los precios de todos los bienes de la economía.

En resumen, y como explicara Tomás Bulat: es la inflación la que genera la devaluación, no la devaluación la que genera inflación.

Por otro lado, el aumento del precio del dólar, que no es otra cosa que un bien más de la economía, debe tomarse como la suba de un precio relativo. Es decir, da lo mismo que aumente el precio del dólar a que aumente el precio del kilo de bananas. Si no hay exceso de dinero en la economía que permita aumentar el consumo de todos los bienes, el aumento del dólar tendrá como contracara la caída del precio del resto de los productos, ya que uno debe elegir entre comprar divisas o adquirir otras mercancías.

Sin nuevo dinero, si la sociedad aumenta el consumo de bananas, su precio subirá, pero necesariamente deberán caer los de los otros bienes ahora menos demandados.

En este contexto, la suba del dólar no debería generar inflación.

Dicho esto con el intento de aclarar el problema en términos conceptuales, vamos a lo concreto. La liberación del tipo de cambio sí generará un aumento del nivel de precios. Dado que los procesos de ajuste de precios relativos llevan su tiempo, lo más probable es que veamos una suba del precio de los bienes “dolarizados” sin una correspondiente baja del precio del resto de los bienes en el corto plazo.

Sin embargo, si luego del sinceramiento cambiario, o en paralelo con él, se lanza una política monetaria razonable que reduzca los niveles de emisión, la medida generará un salto de una sola vez en el nivel de precios, pero estabilizándose a medida que vayan ajustándose los precios relativos y se reduzca el ritmo de impresión de billetes.

Finalmente, si existe tal cambio en la política monetaria, hay motivos para creer que los precios saltarán en 2016, pero que podremos ver una considerable reducción de la inflación hacia el año 2017.

De no corregirse la política monetaria, sin embargo, no solo veremos más inflación en 2016, sino también en los años por venir. Pero la culpa no la tendrá la eliminación del cepo cambiario, sino la continuidad de una política económica que ya ha demostrado su fracaso.

Publicado originalmente en El Punto de Equilibrio.

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Comentarios

  1. hugo garavelli

    Domingo 29 de noviembre de 2015 a las 1:10 pm

    Aunque el temor es lógico, estos razonamientos están fundados en hechos, y son impecables.yo recuerdo que: 1956: se devalua el dólar para importaciones de 7,50 a 18 pesos, y no hay un gran aumento de la inflación. En 1967, el dolas negro estaba a 330 creo, y se fija uno a 350, eso no trajo mayor aumento, incluso el dólar negro no subio en los primetos días a esos 350 pesos, sino que se pagaba menos.Pero en 1959, con Frondizi y la eliminación del control de cambios, comenzó una “loca carrera” con el dólar, que de unos 40 pesos, llegó en dos o tres meses a superar los 100 pesos.Tia Vicenta se divertia con apuestas fingidas ¿a cuanto llega el dólar? Alsogaray, con créditos y pagos en bonos estabilizo por 30 meses mas o menos el dólar en 83 pesos, aunque la inflación siguió pero al ritmo de costumbre (en 1959, fue del 120 % anual). Lo grave de esto, es que asi como una corrida bancaria se puede provocar por meras razones psicológicas, también existe la “inflación por expectativas” que se favorece si un mercado esta dominado por monopolios.

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    • Iván Carrino

      Jueves 3 de diciembre de 2015 a las 10:13 am

      Estimado Hugo,

      No coincido con el argumento de las expectativas. En el fondo, si no hay un aumento de la cantidad de dinero que confirme esas expectativas a futuro, entonces los aumentos deberán revertirse o caerá la cantidad de ventas.

      Ahora, lo que sucede ahora es que se aumenta pero previendo el fin de los controles de precios, es decir, precios que estaban reprimidos ahora aparecen como libres. Pero, de nuevo, si la política monetaria cambia y deja de ser lo expansiva que es hoy, lo que tenemos es un cambio de precios relativos, con un impacto en el IPC debido al proceso de ajuste, pero no más inflación.

      Abrazo!

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