Iván Carrino

Si Rossi chequeara los datos, pediría más, no menos, libertad económica

Para desacreditar el Índice de Libertad Económica de la fundación Heritage, que nos ubica en el puesto 166 sobre 178 (puesto 12 de abajo para arriba) el Ministro de Defensa Agustín Rossi escribió:

Es muy curioso: en el año 2002 la Argentina estaba en el puesto 38 del ranking de “Libertad Económica”, cuando teníamos un 24 % de desocupados, un 57 % de pobres y un 35 % de indigentes

Si bien luego miente al afirmar que tenemos una “pobreza menor a dos dígitos” (lo que desacredita toda su crítica) vamos a considerar la primer parte de su exposición.

Efectivamente, en 2002 la Argentina tenía un puntaje 21,1 puntos por encima del que ostenta hoy en el índice general.

Sin embargo, el índice mostraba una tendencia declinante. Desde su pico en 1996 (74,7 puntos) Argentina había caído 6,1 puntos hasta 2001 y 9 puntos si se considera el año 2002. Para el año 2002 los componentes del índice que más habían caído en comparación con el pico del ’96 fueron los derechos de propiedad (20 puntos, ya teníamos corralito), la transparencia (30 puntos, Menem lo hizo), los que miden la performance fiscal (con una caída de 10,35 puntos promedio) y el que mide la facilidad para hacer negocios (15 puntos).

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Entonces ¿fue la libertad económica la que generó 24% de desempleo y llevó la tasa de pobreza por encima del 50%? Si los componentes del índice hubieran mostrado un crecimiento en los años previos, podríamos decir que sí.

Sin embargo, el declive persistente de estos en aquellos años nos hacen concluir que no fue la libertad, sino las medidas antiliberales (aumento desmedido del gasto y la deuda pública, confiscación de depósitos y maxidevaluación) las que llevaron a la Argentina al calvario de 2001.

En resumen, si Rossi chequeara sus números, en lugar de criticar a los “voceros del sistema financiero internacional” con argumentos de dudosa credibilidad, defendería la libertad económica; no solo porque nos ayudará a no colapsar en 2014, sino porque nos podría haber ahorrado una de las crisis más graves de nuestra historia.