¿Liberalismo libertario o nacionalismo conservador?
En el año 1960, uno de los referentes más importantes del liberalismo, el premio Nobel de economía, Friedrich Hayek, publicó su libro “Los Fundamentos de la Libertad”, que traía un epílogo titulado “Por qué no soy conservador”. En dicha sección, Hayek se preocupaba por que el uso del término liberalismo ya no significaba gobierno limitado, libertad individual y economía de mercado, sino que quienes se autopercibían liberales hacían todo lo contrario a “permitir el libre desenvolvimiento de los individuos”.
Párrafos más adelante, Hayek dice que una solución que empezaba a encontrarse a este problema era la de crear un nuevo término, y que en dicha búsqueda ya aparecía el mote “libertario”, como reemplazo de lo que alguna vez quiso significar ser “liberal”.
El liberalismo libertario
Años más tarde, en 1973 llegaría Murray Rothbard, miembro –al igual que Hayek- de la Escuela Austriaca de Economía, y publicaría su obra “Hacia Una Nueva Libertad: El manifiesto libertario”. Quedaba más claro que ahora la tradición liberal (de John Locke a Ludwig von Mises) podía, al menos en Estados Unidos, ser reconocida bajo el mote de “libertarian”, puesto que el de “liberal” había sido apropiado por movimientos progresistas.
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