La alocada idea de subir a $ 100.000 el salario mínimo
Manuela Castañeira es socióloga, egresada de la Universidad de Buenos Aires, y la única mujer de la izquierda que encabeza una lista para diputados en la Provincia de Buenos Aires. Su postulación es por el partido “Nuevo MAS”, o Nuevo Movimiento al Socialismo.
Entre sus propuestas para mejorar la economía del país está la de establecer un salario mínimo legal, y luego ajustable anualmente por inflación, de $ 100.000 mensuales.
A continuación analizaremos la viabilidad y el impacto que esta propuesta podría llegar a tener.
Amarreta
En primer lugar, la propuesta podría tildarse de poco generosa. Es que si estamos para proponer, por qué no pedir un salario mínimo de $ 200.000 o $500.000.
Mejor aún, un millón de pesos por mes para todos y todas y se acaba con la pobreza y la precarización. Obviamente, algo no cierra en esta idea.
Para poner en más en contexto la propuesta, los $ 100.000 mensuales que pide Castañeira son equivalentes a:
—> 3,85 salarios mínimos vitales y móviles de hoy, ya que éste es de $ 25.920
—> $ 32.400 más que la canasta básica familiar, pero 4,5 veces la canasta básica para el adulto equivalente. Es decir, lo que necesita una persona adulta de unos 35 años de edad para no caer en la pobreza
—> Si comparamos contra la vara de indigencia, $ 100.000 por mes permiten la compra de 10 canastas alimenticias.
—> Otro dato interesante es que el salario promedio del sector privado registrado de la economía es casi de $ 86.000. O sea que la propuesta busca llevar el nivel mínimo permitido por la ley a igualar el nivel promedio, un salto considerable.
Desempleo
Ahora analicemos las consecuencias que esto puede tener sobre la producción y el empleo. Si pensamos en una fábrica que tiene 4 trabajadores empleados con el salario mínimo, vemos que cada empleado recibe $ 25.920, generándose así un costo laboral de $ 103.680 mensuales.
Ahora bien, si se pone en práctica la ley impulsada por el NUEVO MAS, el gasto total de la empresa se dispararía hasta los $ 400.000 mensuales. Si suponemos que la empresa no puede incrementar el gasto en empleados y tampoco incrementar sus ingresos en el corto plazo, el resultado es muy fácil de ver. Con lo que antes se mantenía a 4 empleados trabajando dentro de la fábrica, ahora se puede mantener solamente a uno.
O sea que quien se quede trabajando por casi 4 sueldos, seguramente esté muy contento con la nueva política, pero no así los otros tres empleados que perdieron el trabajo.
Es por este sencillo caso, que puede replicarse hacia toda la economía, que se sostiene que los salarios mínimos legales son causa directa de la generación de desempleo.
Dejémonos de joder
Manuela Castañeira tiene respuesta para este problema. La forma de pagar el aumento, dice, es con una reforma tributaria que le cobre más impuestos al agro. En concreto, pidió hace pocas horas que se suban las retenciones al 50% y que “nos dejemos de joder”.
¿Alcanza? En 2020 por retenciones se recaudaron $ 360.000 millones. Hagamos el supuesto de que subiendo las retenciones hasta el 50%, y con el impacto de la inflación incluido, estos ingresos fiscales suben a 800.000 millones.
Ahora bien, tomando como punto de partida los empleados que están en el sector en blanco de la economía. Y asumiendo que todos ellos cobran el promedio que es de $ 86.000, el incremento hasta $ 100.000, implicaría un costo anual extra de 182.000, que multiplicado por los casi 6.000.0000 de empleados del sector privado representa un gasto extra de 1 billón de pesos.
O sea que ni siquiera alcanza a pagar el aumento para el sector privado registrado de la economía. Quedan todavía 3 millones de empleados públicos y otros 4 millones de empleados en negro.
Pero el problema no es solo que no alcance con esa plata, sino que encima el costo de intentar recaudar sería el cierre de empresas en el sector, con nuevos desempleados.
Con el cepo y las retenciones a la soja en 33%, a quien exporta USD 100 de soja hoy le quedan en la mano $ 6.700 en lugar de $ 18.000, lo que quiere decir que por cada 100 que vende le quedan 37. Con las retenciones en 50%, le quedarían 27 dólares por cada USD 100 exportados: ¿Quiénes podrán sobrevivir con un impuesto a la producción y la venta de nada menos que 73%?
Inviable y destructivo
El aumento del salario mínimo financiado con aumento de retenciones es totalmente inviable.
En primer lugar, es una cifra antojadiza que no responde a ningún criterio serio. En segundo lugar, implicará un brutal aumento del desempleo sin importar quién intente pagar la cuenta.
Si lo financia el empresario con su ingreso, solamente podrá mantener a uno de cuatro empleados. Y si lo intenta financiar el gobierno con más impuestos, primero que no le darán los números, pero segundo que por sostener los empleos en un sector de la economía los va a destruir en otro.
Para cerrar, si los salarios en Argentina son bajos no es porque la ley no los suba lo suficiente, sino porque no existen las condiciones institucionales y económicas para impulsar la inversión y el aumento genuino de la producción. Leyes como las que propone Castañeira solo alejan más la llegada de esas condiciones.