¿Qué son y cómo te afectan las tasas de interés?

Iván Carrino / Martes 15 de marzo de 2016 / Dejá un Comentario

La tasa de interés no es otra cosa que un precio más de la economía. Así como el precio que pagamos por una prenda de vestir o por un producto del supermercado, la tasa de interés es el precio que pagamos por obtener un préstamo que nos provea de liquidez en el presente a cambio de reembolsarla en el futuro.

Aunque suene raro, muchos lo llaman “el precio del dinero”.

Imaginemos que una persona desea comprarse un auto pero que no tiene la totalidad del dinero para pagarlo en el momento. Esa persona puede tener unos ingresos medios o altos estables en el tiempo, con lo que sería posible que, si ahorrara durante unos años, pudiera adquirir el auto en cuestión. Sin embargo, en el presente le falta liquidez. Es decir, no cuenta con todo el dinero en efectivo para llevarse el producto a su casa.

¿Qué opciones tiene entonces? Por un lado, puede decidir no comprar el auto y seguir viajando en taxi o en colectivo. Por el otro, puede solicitar un préstamo. Ahora, para ello, lo primero que va a tener que encontrar es una persona que efectivamente cuente con liquidez y que esté dispuesta a prestarla.

¿Y por qué estaría dispuesto a prestar ese dinero esta persona? Porque hacerlo le traería un beneficio. Es decir, prestar el dinero tendrá que ser mejor para el prestamista que tenerlo en una caja fuerte inmovilizado.

Ese beneficio será la tasa de interés. El precio que el acreedor le cobra al deudor por ofrecerle liquidez.

¿Tasas de interés altas o tasas bajas?

Como fenómeno estrictamente de mercado, las tasas de interés pueden ser altas o bajas. Así como un producto puede tener un precio elevado, lo mismo pasará con el precio del crédito. Y este precio depende, al igual que el resto de los precios en la economía, de la oferta y la demanda.

En un escenario de mucha oferta de crédito habrá mucha gente a la que le sobre liquidez y que trate de salir al mercado a prestarlo a una tasa determinada. Si son muchos los que están en esta situación en relación con la demanda, entonces competirán para prestarles su dinero a personas o empresas, y no les quedará otra alternativa que hacerlo por la vía de tasas más bajas para “tentarlos”. Así, cuanto más ahorro tiene una economía (menor necesidas de pedir crédito), más bajas serán las tasas de interés. “Dinero barato”.

Por el otro lado, si el ahorro es escaso y la necesidad de crédito es elevada, entonces las tasas de interés serán más altas.

La oferta será pequeña en relación a la demanda y la consecuencia serán tasas más altas. Dinero más caro.

Las tasas de interés, la inflación y tu ahorro

En nuestro país, tras décadas de inflaciones y devaluaciones, nos hemos acostumbrados a ahorrar en dólares. Sin embargo, lo cierto es que también se puede ahorrar en moneda local.

Una de las técnicas para hacerlo es a través de un depósito a plazo fijo, que no es otra cosa que un préstamo que una persona o empresa le hace a un banco y a cambio del cual el banco le ofrece un interés sobre ese monto.

En este caso el acreedor es el depositante, mientras que el deudor es el banco.

Hoy en día, un plazo fijo a un año está pagando entre un 27% y un 29% anual. Estos significa que si ponemos $ 100 en el banco, en un año recibiremos $ 129.

Pero antes de considerar esta opción, debemos entender qué pasa con la inflación…

Por ejemplo, si la inflación en el año será de 30%, el depósito estará ofreciendo una tasa de interés negativa en términos reales, porque si bien obtendremos $ 129 al final del periodo, pero los precios habrán subido a $ 130, por lo que habremos perdido poder de compra.

Ahora, no todo está perdido… hoy en día existen otros instrumentos que ofrecen tasas de interés más atractivas e incluso superiores a la de la inflación esperada.

Es el caso de las LEBAC, instrumentos de deuda emitidos por el mismísimo Banco Central, con lo que uno se convierte en acreedor del banco, ya que es la autoridad monetaria la que se compromete a compensarnos con un interés.

Según la última licitación, la tasa para el plazo de duración más corto (35 días), se ubicó en 38% anual, un número superior a la inflación esperada para el año. Así, la posibilidad de ahorrar adquiriendo estos instrumentos aparece como una buena alternativa para proteger nuestro ahorro frente a la suba de precios.

Siempre tenés que tener esto en cuenta cuando pienses en la tasa de interés: que es el precio que se paga por tener dinero en el presente y que la inflación juega un papel clave.

Ganarle a la inflación es una tarea difícil, pero no imposible.

Publicado originalmente en Creando Riqueza.

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